lunes, 20 de octubre de 2014

El óxido ferroso parte del infortunio de una fórmula química injusta, digo yo: FeO.
Pero, ¿cómo puede ser FeO lo que acontece por la mera razón del tiempo, que termina siendo la razón de la vida?
Nos oxidamos porque vivimos, y ese oxidarnos es lo que nos concede una pátina de elegancias que nos procura sabidurías y experiencias.
Oxidarse es crecer.
Los invito a saludar al FeO con esta mirada reconciliadora.
Salud!!